
La suscrita, María Elena Ramos, Alcaldesa del Municipio de Imbert, Puerto Plata, informamos al pueblo dominicano, sobre los acontecimientos sucedidos con el llamado “Peregrino” a su paso por al Municipio de Imbert el día viernes, más allá de las cuatro de la tarde, cuando justamente hacían algunas horas del citado día, habíamos tomado posesión del cargo.
En consecuencia, informamos que nosotros no tuvimos el conocimiento oportuno de tal visita y que en ningún momento patrocinamos, ni dimos apoyo a la misma, e incluso puede dar testimonio de esto nuestro Cura de la Parroquia de Imbert, Padre Nelson, a quien llamamos para exponerle nuestra preocupación de dicho hecho y nos manifestó igual posición que la nuestra, sobre la peligrosidad de la actividad.
Nos enteramos de tan bochornosa situación al día siguiente, luego de este señor (el Peregrino) haber dormido en nuestro Municipio; solicitamos a las autoridades de Imbert (Policía del Destacamento de Imbert, Departamento de Bomberos), acatar las normas y protocolos establecidos desde la Presidencia de la República, al tiempo de orientar a la población para que se mantuvieran en sus casas.
Al investigar la situación, nos enteramos que algunas personas que tienen responsabilidad inmediata sobre la unidad de ambulancia del 911 y los bomberos, sin mi autorización y conocimiento, le prestaron asistencia a su paso por nuestro municipio y en ese sentido, condenamos enérgicamente tal imprudencia y la violación flagrante a las normas legales establecidas frente a la crisis mundial del COVID-19.
De manera extraña hemos visto acusaciones infundadas contra nuestra recién iniciada gestión municipal, atribuimos estas difamaciones a matices politiqueros, con la única intención de hacernos daños sin justificación alguna.
Quiero dejar claramente establecido frente al país, que he llegado a la Sindicatura consciente de mi responsabilidad y de las competencias inherentes a mi cargo, con el único de compromiso de servir dignamente a mi pueblo de Imbert, apegada a las normas legalmente establecidas. No cuestionamos la buena fe de esa manifestación, pero no podemos nosotros apoyarla, porque es contraria a las disposiciones sobre el aislamiento físico, entre otras medidas que han establecido nuestras autoridades nacionales, que son la única salvaguarda para nosotros poder proteger a nuestros conciudadanos.
Somos creyentes de Dios y en él depositamos nuestra absoluta confianza ante esta situación, pero entendemos que Dios es ejemplo de amor, prudencia y orden. Nos ha tocado una inusitada situación, que al tiempo lo consideramos un desafío, en dónde nuestro papel será siempre la solidaridad y el amor por todos nuestros munícipes.
Agradezco la confianza que me han reiterado los dominicanos y los Imberteños, a la vez quiero que el país sepa, que en mi tienen a una persona responsable, que está de la mano con el gobierno nacional y nuestro pueblo, para contribuir a combatir la actual crisis que nos arropa y con el poder de nuestro Dios, estamos seguros que pronto podremos abrazarnos en el amor, la solidaridad y la confraternidad de nuestro país, bendecidos en la gracia de la virgen de la Altagracia y nuestro Dios Jesús Cristo.