Manipulación y posverdad; amenaza a la estabilidad social dominicana

No es necesario ser especialista en el análisis político; tampoco ser experto en desvelar el trasfondo de la urdimbre, para percibir el mal intencionado propósito de quienes, con delirante deseo, de concitar el respaldo del Pueblo, pecan de ingenuidad. Sí, del mismo Pueblo al cual dieron las espaldas y tan impúdicamente traicionaron con su accionar desde la administración del Estado.

De manera que, intentar crear la falsa percepción de héroes en defensa de la democracia, los derechos fundamentales e inmanentes de los más desposeídos y la estabilidad social, constituye un añejo oportunismo que no tiene parangón, a la vez que acentúa el desmedro de su ya cuestionada credibilidad.

Lo anterior sugiere preguntar ¿Será que estaban ciegos ante el pliego de carencias y problemáticas, que arguyen como móvil de sus manifestaciones, o que el inicio de investigaciones a los encartados, por supuesto desfalco al Estado Dominicano, por una astronómica suma de miles de millones pesos, se convirtió en un halo de luz, una especie de colirio, para los enceguecidos ojos de quienes «viendo no ven»?

Si bien es cierto que actualmente el mundo asiste a la era de la posverdad, no menos cierto es que los medios utilizados para las narrativas y discursos con aparentes intenciones fascistas y manipuladoras, afortunadamente, están accesibles a todos y todas para develar posibles planes malsano que, a hurtadillas, pretenden sorprender, movilizando masas para sacar partidos a su favor.

Sandra Valencio Nieves
Licenciada en educación
Especialista en psicologia social
Diplomada en consejeria familiar y acompañamiento en situaciones de crisis