
Santo Domingo.-Se cumplen tres meses de gobierno de Dina Boluarte en Perú luego de la detención de Pedro Castillo tras intentar disolver el Congreso. Boluarte se ha enfrentado a protestas generalizadas y acusaciones de culpabilidad por los cerca de 60 muertos en las protestas contra su figura y por la celebración de elecciones anticipadas. Este martes 7 de marzo declaró ante la fiscal general por estas muertes.
La sombra de la crisis y la ingobernabilidad es profunda en Perú y bien lo sabe la presidenta Dina Boluarte, cuando cumple tres meses en el cargo. El pasado 7 de enero fue proclamada presidenta del país luego del arresto de Pedro Castillo, de quien había sido vicepresidenta, tras haber intentado disolver un Congreso del que los peruanos tenían incluso peor opinión que del propio presidente. En estos 90 días, el país se ha visto sumido en una espiral de protestas y violencia.
Desde que Boluarte asumió el cargo, los simpatizantes de Castillo, muchos de ellos indígenas, campesinos y de clases populares, salieron a las calles con varias premisas. Entre ellas, la liberación del entonces presidente, la convocatoria de nuevas elecciones y de un referendo para una asamblea constituyente en el menor tiempo posible.
Hasta este martes 7 de marzo ninguna de las dos se ha cumplido. Boluarte ha sido muy crítica con su predecesor, en prisión provisional y acusado entre otras cosas de organización criminal, y si bien ha intentado que el Congreso adelantara las elecciones, no se ha llegado a un acuerdo que contente las calles.
Entre medias, en torno a 60 fallecidos en las protestas, que especialmente se han registrado en la zona andina del sur del país. Claman contra las desigualdades históricas en el eje Lima – periferia y lanzan una acusación: «Dina asesina», culpando directamente a la presidenta Boluarte de las muertes de manifestantes.